1.4.08

Historia de la Noche

A lo largo de sus generaciones los hombres erigieron la noche. En el principio era ceguera y sueño y espinas que laceran el pie desnudo y temor de los lobos. Nunca sabremos quién forjó la palabra para el intervalo de la sombra que divide los dos crepúsculos; nunca sabremos en qué siglo fue cifra del espacio de las estrellas. Otros engendraron el mito. La hicieron madre de las Parcas tranquilas que tejen el destino y le sacrificaban ovejas negras y el gallo que perseguía su fin. Doce casas le dieron los caldeos; infinitos mundos, el Pórtico. Hexámetros latinos la modelaron y el terror de Pascal. Luis de León vio en ella la patria de su alma estremecida. Ahora la sentimos inagotable como un antiguo vino y nadie puede contemplarla sin vértigo y el tiempo la ha cargado de eternidad.
Y pensar que no existiría sin esos tenues instrumentos, los ojos.